Fue instituida por un decreto del Primer Triunvirato, quien determinó que: “Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata de color blanco y azul celeste”. Esto fue en respuesta a un pedido de Belgrano que solicitaba otorgar a los ejércitos patrios un emblema que sea distintivo de los sentimientos patrióticos y de la revolución. El origen de los colores de la escarapela y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la Patria no pueden establecerse con precisión. Una versión dice que estos provenían de los tonos borbónicos, de la casa de Fernando VII (Rey de España), otros lo atribuyen al cuerpo de Patricios. El mismo Belgrano se basó en ellos para crear la bandera, según él mismo narra: "Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional”. Por resolución del 4 de abril de 1941, se instituyó el 18 de mayo como Día de la escarapela.